Combustión espontánea




Combustión espontánea

(Calambur, 2019)

 

Erosión humana

Siglos y siglos de fragilidad.
Hemos desgastado a besos
los pies de demasiadas estatuas.

*

Púrpura real

Cuentan que eran necesarios
nueve mil caracoles marinos
para lograr un gramo de púrpura fenicia.
Nueve veces nueve mil caracolas
para lograr la música abisal
de tu mirada perdida.

*

La Virgen de Modigliani

Para Amalia Álvarez Guerrero

La Virgen de Modigliani.
Esa fui yo, una vez.
Convertía a los pintores cubistas en niñas de Renoir
y las oía maldecir toda la madrugada.
A los borrachos de París, en poetas místicos.
A poetas místicos, en cabras de Picasso.
En las noches de sangre y vidrios rotos
consolaba pinceles ateridos, niños del arrabal.
Para hacer sonreír a las modelos
desnudaba maestros,
y a los maestros de la academia de pobreza
les regalaba algún milagro de alcoba.
En mi época azul, me estuve apareciendo por los charcos.
Perdonaba pecados a los que no lloraban
al comprar cisne en la carnicería.
Salvaba a los perdidos de la mirada blanca,
a las cabareteras de mirada perdida
y a los que contemplaban su retrato hacia dentro,
canto de maldoror,
y le rezaban a Amedeo Modigliani,
a Amedeo Modigliani y a su Virgen,
a Amedeo Modigliani, que no pintaba vírgenes
y nunca me pintó.

*

Nocturno

Te amo con una mano hundida en lo terrible.
Si me tocas despacio, en mi ojo izquierdo,
el de profetizar,
revolotea una criatura en llamas.

*

La reproducción de las hadas

Para Arthur Conan Doyle

Las hadas nacen, crecen, se reproducen y,
cuando un niño dice no creer en ellas,
mueren y desaparecen.

En cuanto a su reproducción,
no les afectan los factores externos:
digan lo que digan los niños,
todo queda entre un hada y otra hada,
que suele ser el hada de sus sueños.

No es fácil distinguir al hada macho,
aunque es la que peor baila
y la que lleva menos accesorios.

Todo ocurre muy rápido.
Dos luces que se encuentran.
Palidecen y giran entre sí.
Enrojecen.
La clorofila estalla.
Los hongos juran que se oyen cosas bellas.
El jardín se convierte en un jardín secreto.

Al cabo de unos meses
se oirá un campanilleo de nuez y musgo.

Seguirá habiendo guerras. Seguirá habiendo crisis.
La bolsa continuará jugando con las vidas
de los que no aprendieron a jugar.
Pero tintineará en alguna parte
―canción de vuelo y pluma transparente,
corteza de los besos, sombrero en flor
y amor―,
un trozo luminoso de esperanza.

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