Bajo la lluvia equivocada
(Hiperión, 2006)
Premio de Arte Joven de la Comunidad de Madrid
Caía fatalmente en la trampa del teléfono
que como un abismo atrae a los objetos que lo rodean
Nicanor Parra
este es mi contestador automático.
Para herir, simplemente, marque 1.
Para contar mentiras que me crea, marque 2.
Para las confesiones trasnochadas, marque 4.
Para interpretaciones literarias
producto del alcohol, marque 6.
Para poemas, marque almohadilla.
Para cortar definitivamente la comunicación,
no marque nada, pero tampoco cuelgue,
titubee en el teléfono
(a ser posible durante varios meses)
hasta que note que voy abandonando el aparato
a intervalos de tiempo cada vez más largos.
No desespere. Aguante.
Espere a que sea yo la que se rinda.
Le evitará cualquier remordimiento.
Gracias.
Voz: Patricia Paisal. Música: Arnau Vila.
*
me equivoqué a tus pies.
Pensé que eran raíces
lo que siempre fue sombra.
*
Yo llenaba esas manos de cerezas
Jorge Teillier
saluda al golpe que fue tu compañero.
Saluda al corazón de esa manzana
que te hicieron apurar hasta el cansancio.
Salúdalos. Se van.
Todo se ha trastocado.
Cuerpo de hacer coronas, vuelve a ti
siempre sueño, ave sin bautizar.
Tu amo también se marcha.
Rapta el vuelo a los ojos,
recoge con tus manos
las cerezas,
que nadie te las llene, que nadie nunca llene
tus manos de cerezas, cuerpo de hacer coronas,
saluda, vuelve, rapta, recoge,
que hasta el gesto
te ha robado ese amor que te prefiere inmóvil,
que te prefiere amada, ausente, silenciosa,
como si hubieras muerto –y aquí es cuando me río–,
como si ya no hubiera una voz que matar
para que todo siga
perfecto, como siempre.
*
dime,
si me frotabas
hasta romperme en hebras,
por qué nunca pasaste los dedos
a través.
Por qué no me agarraste.
*
EPÍLOGO
desde entonces, el día en que descubrí
el secreto de los vasos canopes
y fui vaso canope para ti,
y carne de gata disparada contra mujeres
con las que tú duermes y yo sueño
(amor, me confieso una rabia
de XIX dinastía. He masticado pelos
yo que fui flor de loto), dirás,
mucho ha llovido desde entonces,
pájaro de tormenta.
Y sin embargo no hay cobijo interior,
estoy mojada todavía
de aquel tiempo de furia extraordinaria,
de amor imperdonable,
bajo la lluvia equivocada.